Hoy, entre risa y pellizco, pellizco y risa, me ha pasado.
Es la primera vez que lo siento tan real. Te reías mientras me
suplicabas que parase -amenazabas con dejarme- y yo no podía dejar de mirarte.
Estabas radiante, feliz y ha pasado. ME HA DADO UN VUELCO EL CORAZÓN. De
repente he sabido que no te voy a dejar marchar nunca, que no voy a poder vivir
sin tus carcajadas a pleno pulmón, sin tus mordiscos y sin tus pecas. Que eres
lo más importante de mi vida y podría contaros por qué, podría describirle,
pero entonces os enamoraríais de él y es injusto.
Este terremoto solo me arrolla a mí.